Español  English   Francaise   中文   اللغة العربية

 
Infycon  Momento Actual Historia         Venas Abiertas America Latina         Hijos Dios Terminal            Zeitgeist      Quién Dirige el Mundo         Club Bildelberg          ONGs y Grupos sospechosos  Infycon
 


Malleus Maleficarum  - Caza de brujas

           ¡QUIEN OLVIDA LA HISTORIA, ESTÁ CONDENADO A REPETIRLA!

          Desde 1257 hasta 1816 la inquisición torturó y quemó a millones de personas inocentes. Eran acusadas de herejía y de hechicería y juzgadas sin proceso, en secreto, bajo el terror de la tortura. Cuando "confesaban" se las declaraba culpables de hechicería. Si no "confesaban" entonces también eran culpables de herejía y, después, quemadas. Nadie escapaba. A algunas se las hacía pasar la prueba de la piedra al cuello, con la que eran arrojadas al agua; si se ahogaban, eran inocentes; si flotaban, hechiceras. De un modo u otro el final era la muerte. En tres siglos fueron exterminadas nueve millones de brujas. El 80% eran mujeres y niños. Las mujeres eran violadas mientras se las torturaba. Como nadie era indultado se expropiaban sus bienes antes del juicio. La familia también era desposeída. Incluso se desenterraban los muertos para quemar sus huesos. El manual de la inquisición, el Malleus Maleficarum (el mazo de las brujas), estipulaba que las hechiceras acusadas debían "exponerse a menudo a las torturas". Este régimen de terror duró 5 siglos. Contaba con la bendición papal. Las cazas de brujas eran campañas bien organizadas, ininiciadas, financiadas y ejecutadas por la iglesia y el estado.
        ¿Por qué el terror? Para dominar y explotar al pueblo. Para meter en cintura a los rebeldes. Para imponer una religión que el pueblo no quería y para enriquecer a sus dignatarios (las autoridades religiosas), quienes gozaban de privilegiosespeciales; estaban por encima de la ley.
        ¿Por qué las mujeres constituían el blanco perfecto? Porque había que eliminar el principio femenino. La autoridad natural que las mujeres ejercían en los pueblos amenazaba el poder de la autoridad del principio masculino. Las mujeres atendían la salud; trasmitían las tradiciones; las ancianas arbitraban en los litigios con sabiduría. Tenían un poder natural. Eran poderosas. Encarnaban la soberanía del principio femenino con valores como la conservación, la protección, la cooperación o el compartir y restituían su poder al resto del pueblo.
         Algunas personas célebres sufrieron los rigores de la inquisición. Indiscutiblemente, la más famosa es Juana de Arco. Esta pastora encabezó el ejercito de su pais, salvó a Francia de la invasión enemiga y reinstauró al rey en su trono. Pero fue acusada de brujería y herejía porque llevaba pantalones y montaba a caballo como un hombre. Y la quemaron viva. Ahora está canonizada.
         Hombre o mujer,  cualquier persona con ideas propias constituía una amenaza frente a la riqueza y el poder de la minoría privilegiada. Había que eliminarla. Se acusaba a cualquier mujer de brujería y la quemaban. De este modo podían apoderarse de sus bienes. Toda mujer soltera, con alguna habilidad inusual o rasgo característico (por ejemplo ser peliroja) corría el riesgo de ser acusada de hechicería y morir. Las autoridades habían declarado que no considerar la brujería como peligrosa era una creencia herética.
         Desde siempre, las autoridades regias, aristocratas, religiosas o económicas han combatido el principio femenino para mantener su sistema patriarcal de dominación y explotación. La exclusión del principio femenino se ha practicado en detrimento de las mujeres, a las que se ha mutilado y eliminado. Sigue siendo así en nuestros días. El régimen de terror se perpetúa, más sutil. La historia no acaba de repetirse.

         Obtenido de "Qué demonios he venido a hacer a este mundo" de Ghislaine Lanctot

                        Malleus Maleficarum                         Informe Flexner                             Declaración de Alma Ata
       
    
 
 
Infycon   Infycon
 
  Infycon   Infycon  
   
© 2010 Movimientarios